Postal urbana

En la ciudad las personas viven como si no vivieran.
Miles de cientos de pies se mueven al ritmo de un tic-tac imparable, que no les da tiempo ni a respirar.

Miles de cientos de cuerpos se chocan y se miran sin verse,
confunden amabilidad con sometimiento y descortesía con razón.

En la ciudad miles de cientos de oídos escuchan gritos sin oir cantos de cientos de miles de pájaros que vuelan al ritmo de un viento lleno de aroma a libertad.

Y en esa misma ciudad, en la misma ciudad, entre cientos de miles de corazones se encuentran los nuestros y aprietan stop.

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