Todos los domingos, en la esquina de Carlos Calvo y Defensa una señora me tira burbujas. Yo juego con ellas. Doña Burbujera me sonríe cómplice, le sonrío y me voy.
Esa esquina es una de las conservan la magia de Buenos Aires, y esas burbujas son como mundos (ingrávidos y gentiles) que encierran esa magia por unos segundos, antes de soltarla de nuevo por los aires. Son también muy afortunadas las burbujas por poder jugar un ratito con vos, estoy seguro de que están muy agradecidas.
Anónimo ha dicho que…
Los mejores momentos de la vida son los que más se acercan al Surrealismo...
Comentarios
Saludos
J.